6.7.09

y dale con lo del Bremen

La sirena antiniebla del S. S. Bremen monta un escándalo descomunal, como corresponde a toda sirena de barco que de capitán y en el que a todo el mundo le hace ilusión soltar ese AUUUH transtimpánico, y toma pedazo de palabro. Suena:

En las Pléyades y rumbo a ellas.

En código morse, por eso de la transmisión fragmentada.

Entre macetas y portentosas murallas de hiedra.

En púlpitos evangelistas de la risa.

En escala XXS, por eso de lo pequeño.

En perpendicular, a escala transuniversal.

Invadiendo la sonoridad de una reposición de Casablanca.

Y despertando eco en un lugar que yo ni conocía.

Y aquí, en esto que claro, donde como el autor soy yo he incidido en lo que realmente importa, que como todo el mundo sabe, en cuestiones literarias es siempre el bebercio gratuito.

Y los canapés que le harán compañía, porque qué mar no queda bello más con barquitos.

Como esto, pero reemplazando el agua salada por vino y el barco por una tosta de jamón con tomate.


2 comentarios:

  1. Reflexión idiota: si se te hubiese olvidado poner la tilde en

    "pulpitos evangelistas de la risa."

    la imagen hubiese tenido una gracia tremenda, sobre todo acompañada de unas cañas :-)))

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  2. Pues fijo que sí, pero el mosqueo que se iba a pillar Conde-Duque conmigo iba a ser tremendo, ja ja.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.