31.1.09

el amor duele, decían

Dicen, también, que nunca te vas a la cama sin saber una cosa nueva. Muchos días pienso en eso, cuando me voy a dormir, muchos días, sin saber qué es lo que se supone que he aprendido yo ese día. Quiero decir, sí, hay días que se te ocurre algo, incluso varias cosas, acopio para días no lectivos, pero hay días y días en los que no sé qué he aprendido. ¿Aprender sin ser consciente de ello es aprender? No sé. En cualquier caso yo siempre he sido un especialista en perder el tiempo, así que en algún momento decidí ser consecuente y limitar mi cupo: está bien que digan eso de que todos los días te vas a la cama aprendiendo algo nuevo, pero yo me conformo con aprender algo por ejemplo una vez a la semana.

Esta semana, un día, fui a hacerme unos huevos fritos con forma de corazón. Sí, con forma de corazón, mediante el uso de un artefacto que tiene la Muchacha que sirve de molde, para que salgan de esa forma (tiene todo tipo de artefactos extraños para la cocina). Es estupendo porque limita la tendencia de mis huevos fritos a lo fractal, a lo no medible, a abarcar más que el propio huevo, más que el plato destinado a contenerlo, más incluso que la propia sartén, hilos de clara cuajada que se enroscan y se extienden como zarzillos de enredadera regada con anfetaminas diluidas. Así que yo estaba diciendo esta vez no, par de huevos, esta vez tendréis un tamaño razonable y un aspecto relativamente razonable (relativamente porque, en fin, es una form de corazón). Y ahí estaba yo, viendo materializarse esa masa blanca con masa amarilla contenida en un entorno cerrado cuando bang, saltó el aceite y cayeron dos gotas sobre mi mano, dos gotas hirientes e hirvientes que chisporrotearon un instante sobre mi piel, tan sorprendentes que ni dolían, y yo dije "¡uooo!", y luego, ya, sí, sentí el dolor (o quizá sólo lo recordé), y me quedé con dos marquitas en la mano derecha que aún me duran.

Y esa noche las vi, rememoré su causa, rememoré el dolor fugaz y extraño de la quemadura, y me dije que eso me pasaba por darles esa forma amorosa y graciosísima, ah el amor, y al fin me dormí pensando que por esta semana ya he cumplido, y que he aprendido, por la vía directa, que va a ser cierto eso que dicen de que el amor duele, como decían.

3 comentarios:

  1. Podrías haberle llamado "forma de as de picas sin rabito" y no te hubiera pasado nada :P

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  2. Es que es un corazón, no un as de picas, y uno se debe a la realidad. Aunque duela.

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  3. El corazón tiene quemaduras que la piel no entiende.

    (adaptación ad hoc de una frase famosa)

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.