17.9.08

la madurez

Uno se despista con el pasar de los días y para cuando se quiere dar cuenta es un tipo de mundo, un adulto maduro y adiestrado en los vivires y los sinvivires, y se ve por ahi adoptando pequeños padawans, explicándoles en qué mano está el saltamontes, como comportarse y cómo lijar los sobresaltos de la vida para que esta fluya sin problemas ni trauma.

Me acaba de pasar, hace un ratito, cuando yo y El Otro De Aquí Que Se Llama Como Yo hemos salido un momento a la calle a que el viento nos alborotase las corbatas y nos librase un poco de la modorra. A la vuelta hemos llamado el ascensor mientras hablábamos qué sé yo, de fútbol, de coches o de lo plasta que es El Tipo De Aquí Que Debe Ser La Persona Más Plasta Del Mundo (Pero, Eso Sí, Sin Malicia), y cuando se ha abierto la puerta, dentro había una ocupante, que visto lo visto en casi un año de secta quizá sea la moza más guapa del edificio.

Naturalmente ahí se ha acabado nuestra conversación sobre qué sé yo, fútbol, coches o E.T.D.A.Q.D.S.L.P.M.P.D.M. (P., E.S., S.M.). No es nada raro, por lo general las conversaciones mueren a la puerta de los ascensores cuando dentro hay extraños. Lo raro ha sido que mi compañero, E.O.D.A.Q.S.Ll.C.Y., ha entrado, se ha colocado junto a ella y ha adoptado pose de estatua, con la vista fija que ha mantenido hasta que en hemos llegado a la planta de la moza y esta ha dicho adiós y ha salido (entonces por fin ha sido capaz de mover los ojos para seguir la trayectoria de las nalgas de ella, obviamente). Y apenas las puertas se cerraban ha suspirado cual hipopótamo en celo, exclamando:

–¡Joder!

Yo he puesto los ojos en blanco, he pulsado el botoncito de nuestra planta que por lo visto él olvido presionar al entrar y con mi tono más coloquial le he estado aleccionando sobre la vida y las mujeres, y lo poco que le puede gustar a cualquiera de ellas que en el reducido espacio de un metro cuadrado se monten con ella dos tipos, uno se plante frente a ella y olvidado de la botonera y de que tiene una oficina a la que volver, o de fingir que al menos tiene una oficina a la que volver.

–En esto, pequeño Padawan, –concluía mi alegato– a las mujeres hay que tratarlas como a cervatillos en el bosque. Disfruta de su trote, de la elegancia de su pose, del espectáculo de su presencia, pero no las molestes, no las hagas sentir observadas e incómodas, y déjalas ir y seguir tan contentas. Siéntete feliz de verlas y finge que tienes más neuronas que esperma en tu interior: si te montas en un ascensor con una mujer que sabe que no vas a su planta y no pulsas ningún botón, la próxima vez que la veas llevará en la mano un spray de pimienta.

E.O.D.A.Q.S.Ll.C.Y. me ha mirado con admiración, ha asentido y ha salido corriendo a por un taco de post-its y un boli, para apuntar la lección. Yo lo he visto partir a la carrera, he pensado sonriente que pobrecillo, me he sentido viejísimo y he recordado aquellos días con nostalgia cero, dándome cuenta de que no es la edad lo que nos diferencia, sino que el amor, a fin de cuentas, tiene su cosa monoteísta, y ¿quién soy yo ahora sino un pequeño muyaidín del corazón?

Ah, la Muchacha, ah, ¡de cuantos ojos rojos, toses sanguinolentas, denuncias policiales y órdenes de alejamiento me habrá salvado ya!

5 comentarios:

  1. Fíjate que hacerte maduro no significa hacer más duro. Tú te pones a ver cervatillo.

    Como decían los Marx, ¡Más maduro! (¿o era madera?).

    En fin, no sé. De lo que estoy seguro en mi masmadurez es de que no puedo ir a un bosque porque solo veo nalgas.

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  2. Me ha gustado lo de las siglas, me ha recordado a "Y.V.A.L.R. Escurridizo" (aka "C.M.O.T. Dibbler"), aunque yo diría que ya no existe la letra "Ll" como tal.

    En cuanto al debate de fondo, y me imagino que me llevaré alguna hostia de parte de alguna lectora, yo me situaría un paso más allá que tú.
    Obviamente, quedarse mirando ostensiblemente la tirilla del tanga de una chavala mientras balbuceas incapaz de seguir la conversación que seguías antes de verla, es ofensivo.
    Pero tampoco es justo ignorarlas y hacer como si fueran transparentes. Muchas veces una chica ha perdido un tiempo considerable delante del espejo arreglándose, por no hablar del dinero invertido en vestuario, maquillaje, perfume y/o cirugía, como para que luego no le dediques una leve mirada de reconocimiento y admiración a su escote cuando te la cruces. Unas gotitas de ego, nada más.
    Y ahora mis sopapos, por favor.

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  3. Nán, cierto: más duro, de todas formas, no podría hacerme. Anda que si le rompo un diente a la pobre Muchacha al ir a darle un beso o algo...

    Y lo que te respondí por mail (sin que hicieses ni caso, ejem), el clásico problema de las nalgas que no dejan ver el bosque.

    ¡Malditas turistas suecas adolescentes!

    ÓsQar, gracias, gracias. Las siglas son grandes inventos. Aunque esas, mejores.

    Y no veo a nadie esgrimiendo manguales hacia tu cráneo. Esto ya no es lo que era :<

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  4. Joder, no escuchaba (leía) la palabra "mangual" desde que dejé de jugar al AD&D...

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  5. La verdad es que no sé por qué la puse.

    En el Rolemaster era el mayal, hum.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.