7.9.08

de colchones y camas

Tenía que pasar porque era inevitable, porque estaba en nuestras propias naturalezas, porque debía venir escrito en el manual de procedimientos del Universo, y así, igual que a nadie le extrañó que el pan bimbo fuese tan bien con la mantequilla y la mermelada, o que el pan de hamburguesa sepa mejor con un filete ruso dentro, tampoco puede sorprendernos que los tripulantes de una cama deshecha se terminen viendo las caras con los que vienen de un colchón que volaba. Es la simpatía del gremio de los que tenemos blogs relacionados con camas, naturalmente.

Así que decidimos resignarnos a la fatalidad, y quedamos con Lui et Ludo en un bar que hay al lado mismo del palacete. Por eso de la vergüenza y la timidez ellos dijeron que no irían solos, sino con un par de amigos sevillanos. Por esto de la timidez y la vergüenza, nosotros invocamos a Nán. Salíamos la Muchacha y yo pensando cómo diablos íbamos a reconocerlos. Lo más razonable fue ir preguntando ¿Lui, Ludo? a todos los grupos de cuatro personas que nos encontrásemos. Parecia divertido, pero duró poco la broma: nada más cruzar el puente levadizo del palacete pasó el primer grupo de cuatro, preguntamos ¿Lui? y Lui respondió ¿sois vosotros? y todos eramos los que éramos; qué pequeño es el mundo.

Y luego vino Nán, y como están reconvertiendo el restaurante que el co-regenta en un bar de cócteles, terminamos en La Cuchara Chueca (en la esquina de las calles San Marcos y Libertad) matando esas timideces y vergüenzas a base de mezcalitos. No hubo sopresas, la verdad; Lui es la mujer encantadora y estupendísima que se retrata en lo que escribe en su blog, y Ludo está lo loco que tiene que estar quien retrata el mundo como él lo retrata con sus rotuladores. Con la prosa de una y las imágenes del otro, nada parece raro. Quizá, tal vez, algo más escandaloso de lo esperado, porque hay que ver lo eufórica que puede ponerse un fan francés de The Arcade Fire en un bar repleto de gente. Y la noche pasó entre mezcalitos y cañas, paseos nocturnos, gritos y saltos, tabaco negro y traducciones simultaneas no siempre comprensibles del francés al español y del español al francés, y al final terminamos disolviendo aquella convención de profesionales del sector de la cama yéndonos a una de las propias, dando tumbos mientras saboreábamos ese saborcillo dulce que le deja a uno la última copa de Matusalén con coca-cola y, sobre todo, el conocer a gente así, a la que uno descubre llevar ya demasiado tiempo quere conocer, sabiendo que iba a querer haber conocido.

Y ahora, a por la repetición.

La verdad es que los de la secta bremenista cada vez nos curramos más los fichajes.

4 comentarios:

  1. Desconocía que había sido convocado como una táctica. La verdad es que eso me halaga. Aunque para lo tarde que llegué y lo pronto que me fui, méritos propios no hice para ser invitado por mí mismo.

    Estoy entusiasmado del nuevo fichaje, por ella, una vez conocida, y por ser hija de quien es, aunque eso le joda. Ya he encargado esa traducción de Ulises. Leerla, será otro cantar, pero antes o después lo cantaré.

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  2. Oye, yo soy un buen fichaje también porque... porque... porque... bueno, quedamos cruzando el puente?

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  3. Nán, off the record, y entre paréntesis y todo, para que nadie nos oiga: (¡no cometas el tremendo error de asumir que lo que digo es lo que sucede, hombre! Tú fuiste invocado porque, por lo que hablamos del blog de Lui, supusimos que te haría ilusión... pero dicho así queda hasta bonito, y pudiendo decirlo en plan malote... no había opción, ji).

    Carmen, he de corregirte, tu fichaje no sería, tu fichaje fue. A ti ya te fichamos, es sólo que se pagó la cláusula y, hasta el final de la temporada, te quedaste cedida jugando en provincias. Así que sí, tu fichaje ya fue, y fue, es y será un buen fichaje... aunque uno de sus efectos colaterales repercuta tan malísimamente en mis viernes noche, como dice la agorera de tu prima que va a repercutir.

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  4. Indicios teníamos, antes, de todas formas, ¿eh?

    Y que este blog no se incluya nunca en la lista de cosas estresantes o de tareas pendientes de nadia, faltaría más.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.