14.4.08

fotografía reflex digital (SLR), 2/2

Bueno, vamos a completar este tutorial esquelético a toda prisa que, de todas formas yo creo que va a resumir todo lo que yo hago para sacar las fotos.

Antes de nada algo que olvidé ayer: Aparte de probar las cosas, siempre viene bien saber cómo las hacen los demás. En muchos los tropecientos mil blogs que pueblan internet, los fotógrafos incluyen los datos de sus fotos; aunque el post-procesado puede poner una foto patas arriba, la base está ahí. Por ejemplo en mi foto de ayer, si se aprieta donde pone "info + words" aparece la ventanita de los comentarios, donde aparte de la miniatura de la foto y, en las raras ocasiones en las que existen, los comentarios, pone esto: NIKON D50, Exposure: 1/200 sec, Aperture: f 5.6, Focal lenght: 55 mm, ISO: 200, flash: no. Que viene a decir qué cámara he utilizado, cuál fue el tiempo de exposición, la apertura del obturador, la distancia del zoom, la sensibilidad del sensor y que no usé flash.

Y bueno, a ver cómo nos ventilamos lo de hoy.

Manual de fotografía SLR digital en dos ratos, parte 2
La santísima trinidad: El RAW, el HDR y el Photoshop.

1. Insistiendo: Que viva el formato RAW; montarse un laboratorio de revelado en casa.

Decía yo anteayer que siempre que se puede hay que grabar la foto en RAW. Ocupa bastante más que el jpg, pero tiene toda la información que recoge la cámara al hacer la foto. ¿Y para qué nos sirve esto? Pues para lo mismo que un negativo fotográfico. Igual que estos podían ser revelados de formas muy distintas y dar lugar a fotos radicalmente diferentes, el archivo RAW nos permite hacer lo mismo. Para esto hay programitas específicos, aunque yo me las apaño con el Photoshop (pasando antes las fotos a un formato estandar DNG, porque los de Nikon son un tanto especialitos y tienen su formato que sólo usan ellos y sólo lee su software, pero como yo el software de Nikon ni sé dónde lo guardé ni, naturalmente, lo instalé, tiro antes del Adobe DNG Converter, un programita gratuito que sirve para pasar el negativo al formato estándar de Adobe, y que tienen para bajarse gratis aquí. Es sencillísimo de usar, simplemente hay que darle a cambiar las preferencias la primera vez, marcarle que queremos conservar la imagen RAW, especificar dónde querremos que nos guarde los negativos y luego volver a la pantalla principal del programita, elegir la carpeta en la que están, darle a convertir y borrar los archivos originales cuando termine).

Quien tenga una cámara que grabe en DNG o en un formato que el Photoshop lea directamente, puede saltarse este paso y hacer click en el primer RAW. Da igual uno que otro. El caso es que si alguien está acostumbrado a usar el Photoshop pero nunca ha abierto un archivo RAW notará las cosas un poco distintas la primera vez que lo utilice: Le saldrá una pantalla de carga de la foto. Arriba aparece toda la información de la foto que ya debería estar sonándonos, sobre velocidades, aperturas y sensibilidades, hay herramientas para cortar la foto, girarla, ampliarla y mirar colores para el balance de blancos, para ver las zonas iluminadas y oscuras, sale un histograma de la misma (el histograma es el gráfico que representa la distribución de las zonas claras y oscuras de luz y de los colores en la foto, y conviene que anden por el medio en una foto equilibrada y normalita; si está todo muy a la izquierda es que es demasiado oscura, si está todo muy a la derecha, es que es demasiado clara, y si no es eso lo que pretendíamos, ala, a tomar nota. Muchas cámaras, si no todas ya, dejan ver esto in situ, en sus pantallas, lo que nos puede ayudar a elegir los ajustes a la hora de hacer las fotos). Bajo el histograma tenemos un desplegable con los ajustes de la imagen; si ya hemos abierto el RAW y lo hemos llevado al Photoshop antes nos saldrán sus últimos ajustes, y esto nos deja volver a los que traía la foto de la cámara, utilizar los de la última foto que hemos procesado aquí (viene muy bien para series de fotos similares que queramos que tengan una pinta y un tratamiento parecidos), y debajo están las pestañitas de los ajustes y sus opciones. Y aquí ¿qué decir? Que juegues y pruebes, es todo muy intuitivo; puedes ajustar las sombras, el brillo, el contraste, controlar el balance de blancos de manera continua y no sólo mediante los escasos modos que traen las cámaras (que, de todas formas, también vienen ahí, en otro desplegable), hacer efectos oscureciendo los bordes, correcciones de color... y variar la exposición. Esta la guardo para la última por ser la más fabulosa: Resulta que tenga la cámara la exposición que tenga, no es definitiva: El RAW guarda o simula (no lo tengo claro) más valores, que nos permiten corregirla... y que están ahí almacenados, lo cuál en el punto siguiente nos va a parecer algo estupendo. En fin, por lo pronto hay que jugar con todas las barritas, ver qué hacen, ver qué nos convence y qué no para cada foto, y luego, antes de darle a Open o Done, algo importante, ajustar la profundidad de la imagen abajo a la izquierda a 16 bits por canal: Esto hará que cada color quede como un valor de 16 bits en lugar de uno de 8, que es el que tiene un jpg, y significa que tendremos mucha más información de colores y más campo en el que jugar luego procesando la foto. Y cuando terminamos de jugar y tenemos la foto como un archivo de 16 bits, ya podemos darle a abrir y empezar a jugar con el Photoshop.

Pero claro, ese es el punto 3, no el 2. Porque hay otras formas de aprovechar lo genial de los archivos RAW.

2. El High Dinamyc Range, o que la cámara funcione como un ojo (o no).

Antes de nada un poco más de teoría: cualquiera que ha hecho fotos con contrastes de luz considerables ha sentido la frustración de ver que, luego, lo que él ve no se corresponde con lo que sale en la foto. Nuestro iris funciona de manera adaptativa, de forma que cuando vemos una escena con una luz intensa y sombras profundas distinguimos, hasta cierto punto, la escena completa, mientras que si con una cámara haces la foto con la luminosidad de la zona clara las zonas oscuras te saldrán demasiado oscuras, y si la haces enfocando a la zona oscura las claras serán un brillo indistinguible: a la mierda los detalles.

Para corregir esto, para tratar de simular el funcionamiento de nuestro iris, se inventó el HDR, siglas de High Dinamyc Range, o Alto Rango Dinámico. En teoría el HDR está pensado para hacerse a partir de varias fotos hechas con distintas exposiciones: Aquellas que sean muy cortas dejarán pasar poca luz y, por lo tanto, permitirán apreciar detalles de las zonas claras, y aquellas que sean largas recogerán mucha luz y permitirán ver los detalles de las zonas oscuras. Luego las herramientas de software juegan con la información de todas esas fotos y nos permiten montar fotos que combinan la información de todas ellas, y bienvenidos al reino de los detallitos.

El problema de los HDR "originales" es, precisamente, que requieren de varias fotos, que encima deben ser esencialmente la misma, salvo por la exposición. El asunto se complica si uno va por la vida sin trípode, o el objeto al que se fotografía es algo que se mueve. Pero, y aquí está la parte del invento que a mí me hace el tipo más feliz del mundo con alguna foto, recordamos que el archivo RAW nos dejaba jugar con las exposiciones... podemos coger un RAW y grabarlo con varias exposiciones y luego abrirlo como si fuesen fotos distintas, y no será lo mismo, pero casi. De hecho algunos programas de trabajo con HDR ya lo hacen directamente si uno abre el archivo RAW desde ellos... esto es lo que llamamos pseudo-hdr (o más en rigor Tone Mapping) y no es difícil ver que es algo que, efectivamente, me gusta bastante; casi una tercera parte de mis fotos son así, y eso que durante bastante tiempo no comencé yo a hacer estas cosas.

El mismo Photoshop trae, al menos a partir de la versión CS2, software para jugar con archivos HDR, aunque yo utilizo otro programita, el Photomatix Pro, que fue el que a mí me recomendaron y que da unos resultados estupendos. Sobre cómo conseguirlo no diré nada, ahí está su página web, buscando en Google, y todos somos mayorcitos para saber cómo se consiguen las cosas, que no voy a tener que contarlo yo todo, y sobre cómo usarlo tampoco diré gran cosa: Practicar y jugar con él es demasiado divertido como para quitarle a nadie la sorpresa de ir descubriendo qué imagen aparece ante sus ojos según va probando cosas. Si acaso que hay que darle al menú HDR, luego a Tone Mapping, y no olvidar que en la ventanita que nos saldrá entonces hay que marcar arriba el botoncillo de output depth de 16 bits, por las mismas razones que cuando abríamos un RAW con el Photoshop. Y cuando estemos contentos y seamos felices pulsar Ok, y grabar la imagen como un archivo Tiff de 16 bits, que ya podremos abrir con el Photoshop.

Aunque antes, una consideración más. Es un tanto quisquillosilla, pero bueno. Quien quiera conservar la información que trae el archivo RAW sobre los detalles de la foto (que, me parece increíble no haberlo aún, se llama EXIF data), que luego los fotoblogs ponen sin que nos cueste nada y que siempre es interesante compartir, tiene que dar un pequeño rodeo más. El Tiff del Photomatix no guarda esa información, así que yo cuando trato el archivo RAW con el Photomatix lo que hago es abrir el RAW de cualquier manera con el Photoshop, darle a Ok, abrir el Tiff, copiarlo encima tal cual y borrar la capa base original (que está en el RAW, que siempre conservo, por si un día le dan a uno ganas de empezar de cero con una foto y tratarla de otra manera, que a veces pasa). Esto tiene la ventaja de que aunque recortemos la foto como esta no constituye el fondo, sino una imagen superpuesta, si luego la recortamos la imagen estará ahí fuera de los bordes aunque no la veamos, y podremos rectificar su posición, ajustar el corte y demás (de hecho es aconsejable "desprender" la foto de la capa de fondo si uno la abre a secas con el Photoshop y piensa recortar la foto, por lo mismo).

Y por fin, de una u otra manera, hemos llegado al Photoshop, la madre de todas las herramientas de tratamiento de imagen, que nos vamos a quitar de encima de dos patadas.

3. Photoshop; contraste, color, saturación y ruido.

Por fin aquí. En fin, este programa tiene mil posibilidades, doce mil opciones, una parva de plugins y usos y usos, así que lo mejor viene siendo conseguir un manual o apuntarse a un curso sobre su uso, y (o si no se puede o no hay tiempo) hurgar mucho en sus opciones y ver qué pasa cuando se hace tal cosa. Pero en fin, al final yo siempre termino usando las mismas cuatro cosas, así que yo voy a contar esas y a partir de ahí a buscarse la vida y emprender el vuelo en solitario, padawan.

Antes de nada, el ruido: Consigue a toda costa un plugin llamado Noise Ninja, instálalo y léete cómo se usa. Es muy simple, reduce cantidad el ruido de una foto y, a la que está, puede hacer maravillas con las texturas.

Respecto al resto de las cosas, antes otro consejo: Las capas son nuestras amigas. Haz click en Ventanas y luego en Capas, y asegúrate de que esa ventanita está siempre a la vista: En el Photoshop puedes aplicar los efectos directamente sobre la imagen o como capas superpuestas a la misma. Si haces lo primero no hay vuelta atrás, hay una imagen unos efectos aplicados, y ya. Si haces lo segundo, puedes combinarlas, reordenarlas, darles transparencias, reajustarlas y probar combinaciones. Así que en vez de hacer las cosas eligiendo las opciones que vienen en Filtros y en Imagen > Ajustes, dale al icono que hay al pie de la ventana de capas y elige ahí crear capas con los efectos. De estos voy a decir algo de cuatro.

Para ajustar el contraste y la luminosidad de la foto tenemos los niveles y las curvas, que son algo así como el premio gordo del Photoshop. Los niveles nos dejan reajustar el histograma de la imagen definiendo a partir de qué brillo consideraremos que los colores son el blanco y el negro, y ajustar el contraste en algún punto entre ambos (ensayo y error, nada más que decir. Las curvas sirven para hacer lo mismo de una manera no lineal, y dando la posibilidad de hacerlo por separado para cada color. Al principio intimida ver esa línea ahí y mirarla sin saber qué pretende que hagamos con ella, pero es cosa de probar. En general, las curvas en forma de S, con la parte de la izquierda baja y la parte de la derecha alta, oscurecen las zonas oscuras, aclaran las claras y generan diferencias de contraste... ya, ya, lo sé, huíamos de esto y por eso decíamos que el hdr era la releche... pero ahora podemos hacerlo donde nosotros queremos, no donde toca, y mantener los detalles acentuando las luces y las sombras a placer. Juega, acostúmbrate a encontrar los contrastes que te gustan con los niveles, y luego intenta hacer lo mismo con las curvas. En cuanto se les coge soltura los niveles pasan a la historia.

Para ajustar los colores, la opción es la que pone nosequé-saturación (en el mío pone hue y no sé cómo se traduce eso al español ahora mismo). Si estamos con la opción "master" en el desplegable, podemos cambiar todos los colores de la foto con la barrita de hue, manipular su intensidad o incluso suprimirla con la de saturación, y darle o quitarle brillo. Si vamos color a color podemos acentuarlos todos por separado, suprimir alguno, acentuar otro... hacer click en pixels de la imagen ayuda a cambiar las definiciones de colores del Photoshop. ¿A nadie le extrañaba que los colores que sacaba Peter Jackson en El Señor de los Anillos fuesen tan vivos y tan oníricos? Pues así se hace. Juega con eso y al fina de una foto hecha con niebla por una ventana sucia de un coche a la carrera podrás sacar esto. Y también puedes darle al botón de colorear y convertir todos los colores a los de una cierta gama, y sacar fotos sepia, o azules, o verdes, o rojas.

Y por último, la saturación. Esta palabra ha salido ya unas cuantas veces y se merece un apartado para ella solita. Cuando yo me compré mi querida Nikon mucha gente me preguntó si hacía fotos en blanco y negro y se quedaba extrañadísima cuando le decía que no. Sus cámaras compactas sí que tenían un modo para eso, decían. Las SLR no suelen tenerlo porque lo que hacen ahí las analógicas es prescindir de toda la información de color, a secas, y prescindir de información así por las buenas es una tontería si luego puedes especificar tú qué quieres perder y cómo. Suele salir mejor, a la que uno le pilla el truco.

Para pasar las fotos a blanco y negro ya hemos visto herramientas: Al abrir un archivo RAW con el Photoshop salía por algún lugar una barrita que era la saturación y que, al moverla del todo a la izquierda, puede dejar la foto en blanco y negro. En el Photomatix hay otra opción parecida, que a mí me gusta mucho para dejar las fotos con un 25 o un 30% de color, aunque lo suyo sea siempre hacer esto ya desde el photoshop.

La ventana de efectos de saturación, de nuevo, nos dejaba prescindir de colores y dejar la foto en blanco y negro, pero lo que más control nos permite al respecto es el mezclador de canales (channel mixer, no sé si en español le habrán encontrado un nombre más digno). Este define cómo se aplican los colores en la imagen, y tiene abajo un cuadrado para marcar si queremos una foto monócroma en blanco y negro. Si lo marcamos, veremos que nuestra imagen se queda sin color, y que la barra del rojo está al 100% y las de el azul y el verde están al 0%: Eso es porque al prescindir de la información de los colores, el Photoshop está utilizando toda la del rojo para definir el blanco y negro. Pero podemos cambiarla, poner el rojo a 0 y repartirlo todo entre el azul y el verde, y obtener blancos y negros mucho más oportunos: No es lo mismo una foto con cielo azul de fondo a la que simplemente hemos quitado la saturación que una que tiene en cuenta cómo queremos usar el azul, ni una de un bosque que tire de verde que una que no lo haga.

Y en fin, termino aquí, que llevo sentado tecleando cosa de hora y media y aquí Juanito ya ha venido sartén en mano a preguntarme si estaba bien, que desde que llegó a casa no me ha visto moverme.

Se siente por el ladrillo, pero quería yo escribir todo esto porque a mí, en su día, podría haberme ahorrado tiempo, porque hay que compartir lo que se sabe y porque mantengo la esperanza de que le venga bien a alguien, si alguien sobrevive a su lectura, porque aunque yo acostumbre a soltar mítines que ríome yo de Fidel Castro en sus años de primera senectud, a quien encima esto no le interese puedo haberle hecho reventar una vena.

En fin, que sí, que me apiado y ya paro. Y si por un casual alguien tuviese alguna duda o sugerencia o comentario o corrección ya sabe, aquí debajo se pueden dejar comentarios.

Ala, a hacer fotos, chavalada.

3 comentarios:

  1. Muy interesante, pero calculo que necesitaría días de 40 horas si quisiera aficionarme a retocar cada foto que hago.
    Por otra parte, ahora que me he vuelto apólogo del software libre, sugiero sustituir el Photoshop por el GIMP, que hace en gran medida las mismas cosas que aquel, pero sin pagar un duro (o sin arriesgarte a bajar un virus de la mula).

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  2. Hombre, si retocase cada foto que hago yo también andaría esclavizado... de todas las que hice en Galicia, pongamos por caso, procesé unas 20, e hice 2 GB y pico de fotos, que a 6 MB cada una, haz cuentas...

    Y con práctica se tarda 10 minutos en procesar una foto, cuando ya sabes qué quieres hacer y cómo se hace. 5 minutos más probando cosas nuevas et voilà. Yo cuando me pongo en modo salvaje proceso unas 4 fotos en una tarde, y tampoco tengo que pasarme la vida colgado del ratón.

    Y el GIMP, bueno, hace cosas, pero eso de que hace las mismas, en gran medida, que el Photoshop, ejem, no sé yo... yo no he averiguado aún cómo se usan capas con efectos en él, sólo cómo retocar la foto directamente, así que no sé, igual se puede y no tengo ni idea, pero por ahora tengo la impresión de que es un juguete al lado de la herramienta profesional. Aunque seguiré mirándolo.

    También tengo que echarle un ojo al software gratuito para hdr, he leído algo sobre el Qtpfsgui, que tiene el mejor nombre que he leído jamás para un programa, aunque también tengo que dedicarle tiempo.

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  3. ai lof yu!

    Voy a hacer unas "afotos" mucho mejores!

    Si tengo alguna duda te puedo mandar un email?

    besitos y magia
    K

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.