16.4.08

chema

Andaba yo ayer escondido en mi cuarto mientras Juanito acometía las labores de limpieza de la casa, no porque yo sea un perro –aunque en rigor...–, que esta semana le toca a él, sino porque Juanito de cerca es peligroso con una escoba en las manos, cuando leí esta noticia en El País, cuyo titular y primer párrafo copio a continuación:

Muere Chema, el panadero de 'Barrio Sésamo'

Un fulminante cáncer acaba con la vida del actor de 51 años

 

El actor que daba vida al entrañable panadero de Barrio Sésamo, Juan Ramón Sánchez Guinot, murió el jueves pasado, según han confirmado fuentes del teatro que regentaba, la madrileña sala Tribueñe. Murió en su casa, rodeado de su familia, víctima de un cáncer que se lo llevó en poco más de un mes. Fue incinerado el sábado. Su mujer, Consuelo Vivares (la actriz que se escondía dentro del muñeco de Espinete, en la misma serie) decidió que el mejor homenaje a su marido era no suspender la función durante el fin de semana, pese a que ella misma coprotagonizaba la obra que estaban representando, Por los ojos de Raquel Meyer. Ése fue su particular tributo al hombre con el que había compartido su vida y su profesión, y con el que tenía un hijo de veintipocos años.

Me levanté, salí de mi habitación, arrastrando los pies, fui a buscar a Juanito y aguanté estoico su alegre y entusieasta salva de escobazos.

–¿Qué pasa? –me preguntó, preocupado, cuando vio que yo no reaccionaba.

–Una noticia que acabo de leer, que me ha dejado en estado de shock.

–¿Y qué decía? –preguntó él, curioso.

–¿Te acuerdas de Barrio Sésamo?

–Claro.

–Pues resulta que Chema se follaba a Espinete –le conté.

Barrio Sésamo ha sido un programa mítico para mi generación. Todos crecimos con aquello. Supongo que eso significa que aquella serie se convirtió para nosotros en un referente más de nuestra educación. Es fácil ver hoy referencias suyas por todas partes, desde las evidentes, como las apariciones de la Rana Gustavo en Padre de Familia, hasta las quizá no tan evidentes y tal vez incluso inexistentes que yo me empeño en ver en Trancas y Barrancas, salvajes y cafres marionetas de la nueva generación. Y como todo el que crece con algo, en cierto momento todos nos lo tomamos a cachondeo, que si lo que manchaba el mandil de Chema no era harina, que si Epi, Blas y la homosexualidad, que por qué todos los niños querían ser amigos de Ana, en fin, esos chascarrillos que no eran más que la excusa para recordar con cariño aquello intentando no parecer unos sentimentales, cosa muy mal vista en esta mi generación.

Y qué quieres; muchos chascarrillos hablaban del romance nunca consumado cara a la cámara entre Espinete y Don Pimpón. Y yo leo la noticia, recuerdo a Chema con una sonrisa, descubro por fin su nombre, leo que siguió ardiendo con la llama del teatro toda la vida y la verdad, me alegro de que fuese él quien se metió entre las sábanas de Espinete. Aquel panadero sonriente y alegre se lo merecía mucho más que ese bicho raro que nunca se supo si era un buho o un oso o un alienígena o el monstruoso amigo imaginario de alguien. Descanse en paz, Juan Ramón Sánchez Guinot, gracias por haber contribuido a la educación de toda una generación (y lo siento por el resto de influencias esta estupidez innata nuestra, que tal vez no le diese el lustre suficiente), y viva para siempre en nuestro recuerdo y en nuestras coñas bienintencionadas, en nuestras bromas, que sirven para acordarnos con cariño de aquellos personajes que se nos metieron dentro y que ahora ya son parte de nuestra infancia.

Pensándolo a fondo, pocas cosas más geniales se pueden conseguir en la vida.

Viva para siempre, pues.

2 comentarios:

  1. Ha sido un duro golpe para toda una generación. Descanse en paz.

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  2. Coño, ¿en serio no sabías que el panadero estaba casado con la espineta? Pero si era del dominio público.
    En cualquier caso, creo que el tiempo ha dulcificado los recuerdos que tenemos de Barrio Sésamo. Hace no mucho me bajé unos emepetreses con canciones del programa para atajar revoluciones en los asientos traseros del coche, y te puedo garantizar que la letra de la canción de Don Pimpón da pavor a cualquier padre medianamente involucrado en la educación de sus hijos. ¿Romance entre Don Pimpón y Espinete? ¡Ja! Don Pimpón tenía gustos mucho más... decadentes.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.