5.3.08

el debate, en los otros universos

Esa gente sí que se lo monta bien, caray. Buscando inspiración para escribir alguna tontería entretenidilla sobre el debate de marrás (repite conmigo y siente cómo el dolor remite: no más en cuatro años, no más en cuatro años, no más en cuatro años) me sometí a intensas sesiones de droja y música funambulera y salí de mi cuerpo y de este nuestro cosmos, para visitar los universos lo suficientemente parecidos al nuestro y ver cómo había transcurrido en ellos el debate. La conclusión es que somos un coñazo de gente, aquí. Pues estas fueron mis visiones:

1. El Universo Antipollo: Se caracteriza porque en él el pollo en vez de un manjar es un asco. Pero los pollos y las gallinas tienen dones matemáticas que los convierten en estupendos contables y banqueros.

En él, en el minuto 3 de debate Olga Viza saca una katana, salta sobre la mesa, corre hasta Zapatero, lo decapita, gira, lanza un shuriken a Rajoy: este se desploma hacia atrás con ese copito de nieve metálico y mortal clavado en la yugular. En el aire, la estela de su sangre cae justo cuando la cabeza de Zapatero toca el suelo. Olga Viza se dirige hacia la cámara con andares felinos, con la música de Kill Bill de fondo; sacude el arma para quitarle la sangre (que suena como salpicar pegajoso y hace gruñir a algún técnico algo sobre una camisa nueva echada a perder, y dice que se acabaron las tonterías, que ahora la presidenta es ella y que si alguien tiene algo que decir que llame al número que aparecerá en pantalla y de sus datos para que vaya a cortarle trozos de su cuerpo hasta que recapacite. Tras ella Rajoy se arrastra en agonía y rastro de sangre hasta el rincón al que, rebotando, ha ido la cabeza de Zapatero. Le mira el pelo. Y muere, murmurando con su último aliento "¡se lo teñía, se lo teñía!, lo sabiaaagrlglglg..." Pero tal revelación queda ahogada por el súbito fragor del rugir de un dinosaurio.

2. El Universo de las Gominolas Peligrosas: En él, todas ellas (las gominolas) son armamento pesado. Si muerdes una, pumba, explotas. Me salvó no ser goloso, diga lo que diga Juanito.

Allí una conjura de terroristas islámicos, etarras y clones de Federico Jiménez Losantos vuela el edificio. La acumulación de explosivos es tal que su velocidad, mayor que la de escape, lo saca de la Tierra y consigue despeinar a Zapatero, que en esos momentos se encuentra en viaje relámpago a Whasingtong, a ver a George. Contra todo pronóstico los tres sobreviven, lo cuál sólo sorprende en el caso de Olga Viza, pues todo el mundo sabe que los políticos son inmortales gracias a lo de mala hierba nunca muere. Zapatero y Rajoy se miran a los ojos y descubren que se aman. Fundan un planeta, con una monárquía democrática como gobierno. La reina es Olga Viza, y ellos votan. Gana uno cada vez, con un 50% de abstención de media. Aprovechando un periodo de mandato socialista, que aprueba la ley de los matrimonios de hecho, se casan. Pero en las siguientes elecciones un gobierno conservador anula la ley y ambos han de esconderse y mantener su amor en secreto, cosa harto complicada dada la distribución demográfica. Alguien comete un magnicidio y se deshace de Olga Viza de una sonora patada en el culo cuando ella mira por el borde de su plató-planeta a otro planeta cercano, infestado de dinosaurios. La inseguridad, el miedo y significativas miradas al zapato de Rajoy logran que el PP encadene 218.716 victorias seguidas en las sucesivas generales (hacían unas cuatrocientas al día cuando no ponían fútbol por la tele, por pasar el rato) antes de que Zapatero salte por el borde del planeta, refunfuñando que a tomar por el culo el talante. A los diez minutos las Cortes de Planeta Rajoy le nombran Emperador Absoluto del Universo y Señor del Bien y del Mal, y cae por el borde de un agujero negro.

3. El Universo de los Colores Raros: Allí casi todo son colores rosaceos, un sitio de lo más hortera.

En ese, por rebajar la tensión, en el último momento a Olga Viza les da por contarles que acaba de recibir un correo de un español de pro, un tal David Ruiz, que sugería que podrían hacer un duelo golpeándose con enormes consoladores negros y un concurso de respuestas rápidas de esos de gritar "¡yoloséyoloséyolosé!", dar rápido al botoncito y contestar la pregunta. Se pican y por no decir que no, aceptan. Buscan en dos minutos los botoncitos de marrás, los instalan y comienzan el debate. Atención, pregunta, ¿cuántos tiros al aire pegó Tejero?, y los dos responden a la vez y descubren con pasmo que el plató se había convertido en una máquina del tiempo. Tienen diversas aventuras intentando reparar el condensador de fluzo en el Antiguo Egipto, el Tokio medieval, la Atlántida y durante la postguerra en Villazarza del Arroyo (de esto último sobreviven, por los pelos, gracias a las enseñanzas de Cuéntame). Al fin vuelven, tan cambiados por sus aventuras que Rajoy se ha vuelto anarquista, y Zapatero nazi. Se vota a la semana siguiente y gana con el 100% de los votos UPyD, cuya primera y única medida consiste en proclamar la independencia y secesión de Villazarza del Arroyo al grito de "¡y ahora qué, etarras!" y a tomar por el culo España. En la confusión que sigue un dinosaurio logra arrastarse disimuladamente ente la multitud y se come a Olga Viza.

4. El Universo de la Gran Factura: En ese hay un Dios y una Compañía Eléctrica que monopolizó el mercado universal de luz y cobra por fotones. La gente que quiere ver algo tiene que dejarse un dineral.

En tal lugar, justo antes del debate ambos dos aspirantes hacen eso y nada más: Aspiran. Se pican a ver cuál de los dos contiene más la respiración y mueren. Estrategas del PSOE y del PP piensan qué hacer. Los disecan, les atan cordeles y les hacen ser manejados por titiriteros. Viendo su oportunidad, Aznar y Felipe González se ponen a ello. Naturalmente Felipe mueve a Rajoy y Josemari a Zapatero. Ambos candidatos empatan en valoración, sacando una nota media de 0, y en escaños, pues cada uno saca 1 sólo voto (las respectivas señoras) y 0 escaños en las elecciones. Olga Viza se despierta en mitad de la noche, chillando, era sólo una pesadilla, era sólo una pesadilla. Pero Goitisolo era un profeta y ella descubre con horror que todo lo anteriormente escrito es cierto, y el dinosaurio del final de la opción 3ª sonríe, se la come, se relame, eructa y sonríe de nuevo.

5. El Universo Oloroso: En él todo huele a barniz. Qué sitio tan adorable, a pesar del dolor de cabeza continuo.

Ahí ninguno de los dos candidatos quiere cederle el paso al otro en la entrada al plató. Ambos la acometen a la vez y sus cuerpos chocan, pero el principio de Pauli (que como sabemos y por pereza copio de la Wikipedia, establece que "no puede haber dos fermiones con todos sus números cuánticos idénticos (esto es, en el mismo estado cuántico de partícula individual)") se anula y zzzzup, los átomos del uno y del otro se entremezclan y se funden en una sola persona. Todo el mundo chilla y luego los asesores de imagen les repeinan y les dan consejos. Prosigue el debate y la nueva coalición PSOE-PP (comandada por José Mariano Luiz Zapaterrojoy) que pasa a llamarse PPSOE, se presenta a las elecciones convencida de arrasar, pero el 100% de los votos van para el partido Tierra Comunera, que como única medida procede a proclamar la independencia de Hinojosa de San Vicente y a tomar por culo España. Se forma tal caos que del vacío cuántico aparece un dinosaurio que se come a Olga Viza. Los paleontólogos se extrañan porque pensaban que tal especie de dinosaurios eran vegetarianos, aunque cambian de opinión a regañadientes cuando el bicho se zampa a la mitad de ellos en un momento de gula. En la confusión subsiguiente se convocan otras elecciones pero sólo me entero yo. Salgo elegido presidente con mi único voto. Digo mi discurso,

-¡Salve a la Bestia, Devoradora de Mundos!

Y dimito. El dinosaurio, que cree que mi discurso iba por él, me sigue, se convierte en mi mascota. Juntos vivimos muchas y divertidas aventuras.

1 comentario:

Con la tecnología de Blogger.

Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.