“No suelo ser asiduo de reseñar otros blogs. Si escribo en éste es para remediar mi grafomanía, no para documentar la de los demás.”
(Ender, en Halón Disparado)
Y ya es lunes, y hay que venir otra vez a la oficina, sufrir el madrugón, aguantar un dolor de cabeza que debe venir, supongo, del cambio horario que supone esto de levantarse tempranito otra vez, y que no lleva nada bien que todo el mundo venga a preguntarme que qué tal me fueron las vacaciones, porque por majetes que sean a mí lo que hoy me piden las dendritas es que las dejen tranquilas en algún lugar de sombras y que si ya pudiese dedicar el día a No Hacer Nada pues mejor que mejor, en fin. Son las diez. Me iré de aquí sobre las seis, y a las seis y cuarenta estaré tan feliz de la vida tuneando un Pontiac GTO virtual. Mis dendritas tendrán que conformarse con esa promesa, y mientras tanto aguantar rumiando esas tonterías que les gusta a ellas rumiar, como por ejemplo el asunto del monoteísmo o el de Aberratebalsa. Por partes:
Esta mañana la prensa gratuita estaba de lo más aburrida. Yo iba pasando sus hojas con esa impresión de estupidez autoconsciente que me da ojear prensa gratuita aburrida cuando, bajo el periódico, llevo un libro gordote que me está gustando y me muero por seguir leyendo. Cada página era un movimiento tedioso de ojillos soñolientos y un rato perdido más, pero en fin, uno siempre mantiene la boba esperanza de encontrar algo que haga que haya valido la pena el asunto. Y ya pensaba yo que nanay cuando he llegado a la última página: La programación de la tele. Y ahí, el cebo y el cepo: Se pone uno contentísimo de ver que por una vez ponen algo digno de contemplación arrebolada en la tele para luego ver que no, que ni ese placer puede uno darse, que a la misma hora ponen dos obras imprescindibles: Hoy emiten La leyenda del Luchador Borracho por La Sexta y, a la misma hora, El Sargento de Hierro por Telemadrid. ¿¡Qué veo yo!? ¿Por qué no existe una película de Jackie Chan en la que jure y perjure como ese Clint Eastwood, o una de Clint Eastwood en la que este haga kung-fu borracho? Y me he rasgado las vestiduras y me he muerto de envidia pensando en los monoteístas, esa gente que no tiene estos problemas, que no tienen varias deidades compitiendo por su audiencia de fieles, en fin. ¿Qué haré, qué no haré? Ni idea, por ahora. Probablemente, mandar a los dioses competidores al garete y seguir con el repasito de Lost que Juanito y yo estamos haciendo desde el principio, que ahora vuelve a rondar la segunda temporada. En fin.
Y luego llega uno a la oficina y se encuentra con que el correo laboral, siempre tan propenso a las filtraciones extrañas, tiene una serie de correos ultrabreves con textos de lo más raro. A mí me tienen intrigadísimo. No traen ni enlaces ni instrucciones para hacerme asquerosamente rico colaborando con otro genocida ruandés, sólo dicen cosas como estas,
“may amazeappointee but amoeba”
“! accelerateadenosine it's adage”
“try austinbarnyard on analgesic”
“it's alfrescoascription not abash”
“in aberratebalsa it bangkok”
Puro y duro spam compuesto por alguno de esos bots artistillas que me vienen a mí fascinando desde hace año y pico. Quien sabe, tal vez viniesen con sus imágenes sobre pastillitas y precios, que el filtro de este correo no me deja ver. Pero yo prefiero verlas así, combinaciones de cuatro palabras (si “!” puede considerarse palabra, aunque de alguna forma habrá que considerar a tan original uso de un signo de puntuación) confusas, sugerentes, absurdas y de alguna manera bellas. ¿Qué dicen nombres como Amazeappointee, Adage, Austinbarnyard, Abash o Aberratebalsa?
Por todo esto es por lo que en vez de No Hacer Nada estoy pasando la mañana pensando en esas palabras. La primera no me dice gran cosa (despertar ecos visuales de trincheras y resentidos veteranos franceses de la Primera Guerra Mundial, como mucho). La segunda me sorprende porque existe, y encima me ha hecho enterarme de que existe en inglés una palabra tan genial como apophthegmata. La tercera, que un tal Austin tiene un patio extremadamente pequeño (como de equivalente a 10-
El nombre tiene tal peso, tal contundencia, que el tío Goo calla cuando le pregunto con él. Silencio en la red al respecto. Y yo me pregunto ¿seré el primero en mencionarlo? ¿O habrá por ahí páginas y páginas hablando de Aberratebalsa, que por la furia divina, por pronunciar un nombre prohibido, han desaparecido hasta de la caché de Google? ¿Sueñan los aguacates, realmente, con convertirse en guacamole? ¿Tiene esto último algo que ver con Philip K. Dick y sus ovejas cibernéticas?
El tiempo lo dirá. Ya me buscaré a mí mismo, a ver qué pasa, e indagaré sobre si al santo profeta de la ciencia ficción le gustaba el guacamole.
ay David, qué recuerdos de viejos tiempos este post. cuando yo tenía tiempo (o me lo inventaba) y permiso para andar toqueteando/comentando por los blogss del mundo mundial...
ResponderEliminary hoy, que ando griposa y aburrida mientras un portatil como una tortuga me da una tregua...
uno de tus míticos post!
qué es balsa en inglés?? algo tiene que querer decir... pregunta a tio goo que yo no puedo!!!
besos aberratebalsa
ni Jackie Chan ni Clint Eastwood, ni Lost...tanta paja mental para acabar cumpliendo sueños aguacateros rodeado de mujercitas que brindan con Freixenet por el único placer de reencontrarse...
ResponderEliminarMoraleja (y uno de los mandamientos del credo Aberratebalsa):
"uno nunca sabe como va a acabar un día que empieza con prensa gratuita"
Clint Eastwood, siempre. Esa pelea contra el Sueco, por Dios...
ResponderEliminarY en cuanto al "spam", me remito a esto: http://bretguille.blogspot.com/2007/08/spam.html
Abrazos antimadridistas,
G.