With lyrics like "Rah Rah
Tres razones tres me llevan a escribir esto, hoy, un tanto dispares ellas, cosa que supongo que no va a sorprenderte a estas alturas. La primera, que Antena 3, sospecho, va a darle otro sopapo a mi trabajadísimo elitismo cultural emitiendo Life on Mars los domingos por la noche, si mi subconsciente, que es el que se encarga de ignorar lo que dice la tele, acertó a comprender bien. Uno aquí currándoselo para ver lo que no ve ni dios, y las televisiones empeñadas en emitirlo todo, qué vergüenza. La segunda, que últimamente he estado yo pensando en algo que le leí a Martin Rees o a Freeman Dyson, nunca lo recuerdo bien y me es imposible confirmarlo porque alguien me robó sus libros (¿¡quién roba libros de divulgación científica!?). Aunque leyendoles así a vuelapluma sospecho que quien lo dijo fue Rees. La tercera, que como la Nasa está de cumpleaños al SETI, este, en vez de dedicarse a escuchar en busca de señales extraterrestres, como suele hacer (aunque no exclusivamente), se han dedicado a emitir rumbo a la Estrella Polar el Across the Universe de los Beatles. Leyendo por ahí resulta que no es la primera canción que se emite tal cuál rumbo al cosmos; en 1999 y 2000 ya hubo quien se puso a pincharles One Love de Bob Marley a las estrellas.
Y yo ante todo esto tengo dos reflexiones.
La primera, de la estupenda índole estúpida en la que tan a gusto me siento siempre: ¿Se puede demandar a la NASA, en función de la Ley de Protección de Datos, por estarle revelando, potencialmente, información privada y confidencial como mi localización en el cosmos a posibles alienígenas a la escucha? Sabiendo que Bush les ha subido el sueldo este año, igual era un buen momento para intentar sacar un pellizquito.
Y la segunda, que sintiéndolo mucho es bien seria, ¿por qué todo el mundo parece sentirse siempre tan inclinado a dar por hecho que efectivamente existe vida inteligente?
Tal vez la culpa la tenga Carl Sagan, por haber hecho popular la Ecuación de Fermi (en aquella serie genial, Cosmos, que deberían emitir en las escuelas cada año), una estimación del famoso físico del número de civilizaciones que debería haber en la galaxia en función de parámetros estimables y relativamente conocidos como el porcentaje de estrellas como nuestro sol, sistemas solares con planetas adecuados, y de otros parámetros como la probabilidad de que una civilización inteligente tenga tecnología y/o no le de por exterminarse a sí misma, como si fuesen humanos, se entiende (hay que entender que si nuestro punto de vista al respecto tiende a lo deprimente, cuando Fermi se puso a echar cuentas estaban en plena Guerra Fría, pensando que cualquier día el pronóstico del tiempo anunciaba un largo, plácido y gélido invierno nuclear).
Fermi evaluó sus parámetros y le salió que en la Vía Láctea habría unas 10.000 civilizaciones extraterrestres. Cálculos más recientes y optimistas hablan de cientos de miles. Y yo, habiendo leído eso de niño, crecí con el convencimiento de que efectivamente habría gentecilla ahí arriba haciendo el indio en las estrellas, lo que a su manera es un pensamiento reconfortante. Pero ahí está lo que se conoce como la Paradoja de Fermi: Si tanta gente hay ahí arriba ¿cómo es que aún no les hemos escuchado meter jaleo?
Evidentemente todo esto pertenece más al reino de la especulación que a cualquier otro, y hay mil posibles respuestas para esa pregunta, como que no buscamos bien, que no hemos buscado lo suficiente, que no emiten, que nos ignoran y en fin, mil más, y se suele acudir a ellas.
Pero se pueden echar otras cuentas, por otro lado, también: Sabemos que la edad del universo es de más o menos 13.700.000.000 años, y que nuestra estrella es una estrella de tercera generación (cosa que a mí cuando me enteré me sorprendió muchísimo: Tan grande, el universo, y tan joven, que sólo dos generaciones de estrellas han tenido tiempo de formarse antes). Que para la primera hornada de estrellas, que se llaman Población III, básicamente sólo habia hidrógeno, helio y litio como combustible (y principalmente lo primero), siendo estrellas muy masivas y espectaculares que formaron supernovas en su mayoría (y compondrían, probablemente, los más bellos cielos de la historia del cosmos, en fin); mediante nucleosíntesis y gracias a las explosiones, transmutaron los elementos originales en los elementos que hay hasta el hierro. Pero la vida aún no era posible, porque esos elementos se unen de forma bastante simplona y si algo parece ser inherente a la vida, es que esta debe ser complicada. La segunda hornada de estrellas, la Población II, recibió estos elementos y los siguió procesando, quemando, amasando y dispersando por el método habitual, y así se formó nuestra generación de estrellas, la Población I.
La idea es que hasta ahora, hasta esta edad estelar, no había material con el que construir la vida ni estrellas apropiadas para, literalmente, alumbrarla. Y desde que se formó nuestro sistema solar y nuestro planeta han pasado poco más de 5.000.000.000 años. No sabemos si eso es mucho o poco, pero nuestro sol aún tiene cuerda para rato. Y entonces es cuando, quiza, tengamos el deber moral de mirar al cielo y pensar que, a fin de cuentas, aunque hubiese o pudiese haber 100.000 civilizaciones en esta galaxia nuestra, bueno: Una de ellas tuvo que ser la primera, ¿no?
En el mejor de los casos, tendríamos una probabilidad entre mil de ser nosotros; y en términos astronómicos, esa probabilidad es significativa.
Así que tal vez, a fin de cuentas, sí que estemos solos en el cosmos.
Todavía.
Más sobre esto mañana, con una implicación que a mí me parece fascinante.
No me acuerdo quien dijo algo asi como que por qué nos molestamos tanto en buscar vida inteligente fuera de este planeta, cuando es muy dudoso que la haya en este. :p
ResponderEliminarSiempre me hizo gracia, jejeje
A mí no, es una soberana tontería: ¡Que todos sabemos que existen los delfines!
ResponderEliminar¡Flipper, coño! ¡¡¡Flipper!!!
Hola David! He encontrado una serie que te puede interesar. Es una producción holandesa de la década de los 60 y va de una familia de campesinos protestantes que guardan un barril de patatas durante un año en su cabaña y cada día vigilan que no le pase nada, porque las necesitan para la siguiente cosecha. Obviamente es todo un gigantesco mcguffin para contar la historia de esa familia y sus dudas teológicas.
ResponderEliminarCada episodio de los 32 que consta, de una hora de duración, cuenta la historia alternando el punto de vista de los miembros de la familia mientras se sientan frente al barril, la trama avanza vertiginosamente hacia la 'season finale' en la que descubren horrorizados algo sobre dicho barril y sobre las patatas. Pero mejor no cuento nada para no destripar.
Basicamente la serie es putamierda, pero una cosa es segura, ninguna cadena tendrá huevos de emitirla. Sé exclusivo, bájatela y farda con tus colegas. Se llama "Arjen eek heeeklgendeer" o lo que es lo mismo "No hay huevos de ver ésto sin sufrir una embolia"
De nada!
¡Te he descubierto!
ResponderEliminarEste post es un cebo para que vuelva el troll XD