24.1.08

nada como dos rayas de coca para empezar bien el día

Y si uno es un pusilánime como yo que huye de las drogas estimulantes, por un lado, y al que le repugna la idea de meterse por la nariz cualquier cosa que no sea el olor del pelo de la Muchacha (cuánto quiero yo a mi almohada, algunas mañanas), pues se pone uno el doblete de Life y Night, de Devin Townsend, aunque entonces firmase como Ocean Machina, y a salir de casa pegando brincos y extremadamente feliz, aunque esté uno hecho polvo por algún virus desquiciado, ruin, miserable y sádico o alguna bacteria perversa, antimadridista y cruel.

(Y conste que no pretendo convertir esto en un alegato pro-drogas, yo que no las tomo, ni anti-drogas, yo que no soy quién para decirle a nadie qué hace con su vida y su dinero y los impulsos nerviosos que configuran su realidad, ¿eh?)

Estoy malo.

Otra vez.

Últimamente estoy malo, para inquietud de la Muchacha, que empieza a sospechar, con motivo, que sale con un despojo. En fin, las enfermedades y yo siempre hemos tenido unas relaciones muy esporádicas pero, a la vez, o más que a la vez todo lo contrario, o sea cuando suceden, la mar de intensas y apasionadas. Así, el catarrazo que ayer se batía en retirada y que me permitió correr por la casa sumamente feliz inventando horribles canciones que perpetraba con esta voz tan fabulosa, excepto por lo nasal, que traen los constipados, que al insignificante precio de algo de dolor de garganta le deja a uno poner una mezcla de voz limpia y berrido death-metalero la mar de entretenido de proferir. Recuerdo una línea de canción que me salió y que merecería aparecer en un disco aunque sólo fuese por lo que me iba a reír si saliese con esa entonación y esa distorsión, que decía “pero el amor… ¡¡¡esa cosa tan tooontaaa!!!”, en fin. Pero por la noche más o menos recaí, me desperté a la hora y pico de haberme dormido malísimo, con un ataque de tos que propiciaba el break-dance, y hoy me he levantado hecho polvo. Odio esto. Es estar de resaca, pero sin resaca. ¡Horrible!

En fin, las enfermedades y yo, interesante mezcla. Yo nunca he sido mucho de ir de médicos, por ser mis enfermedades siempre naderías y yo soy firme practicante del ignorar lo que sucede. Así que no sé ni el procedimiento necesario para pedir una baja, aunque ando ya hoy algo mosca y pensando que como esto dure alguna noche más me planto en el médico con mi tos asesina a ver si me da un papel diciendo que estoy unos días de vacaciones, con suerte, y que me tome cuatro o cinco riquísimos jarabes más, con algo menos de suerte.

Pero que no vaya al médico no quita que no tenga yo mis tratamientos y mi automedicación, cómo iba a fallar yo en semejante tradición patria. La primera medicina son mis rayas de coca para pusilánimes, es decir la música. Hacen feliz a mi cabecita, y a mi mente le suele importar un pito el resto de mi persona. Luego, está lo del descanso. Como siempre duermo poco y siempre ando rozando la extenuación (tengo puntos de experiencia para gastar en habilidades zombies como para doctorarme como muerto en vida), descansar siempre es buena idea. Para por si ese montón de carne que mi linda cabecita desprecia decide reforzarse y afrontar a los virus y las bacterias con algo de fondo, vaya. Mi tercera medicina es el bote de jarabe que me compró la Muchacha, que me tomo con la aplicación del que quiere dejarla orgullosa: De los dos chupitos que hay que servirse al día yo, por ver lo que me gusta su regalo, pasaría a dos barriles de cien litros cada tres horas. Y la cuarta medicina es un gelocatil cada dos o cinco días.

Por lo demás, a esperar a que los virus y las bacterias se cansen y se vayan, y me dejen en paz, con permiso de la alergia, otra larga temporada, como tienen por costumbre. No ya por mi comodidad, sino por demostrarle a la Muchacha que no, que sale con un roble. Con patas. Y que se mueve. Una clase de Ent. Pero que habla rápido, claro. Volviendo a la droga y por rellenar la metáfora, un Ent bajito y puesto de pastillas.

Y nada, mientras a seguir escuchando música. Que también tengo el Ass Sordid Demos en el iPod, esperando a que salga de la oficina para dejarme, como siempre, pensando que las demos y las maquetas del señor Townsend tienen más música que la discografía de más de dos y más de tres grupos de esos que la gente conoce, de esos que la gente tiene por buenos.

 

(nota personal: en algún momento de hoy o del fin de semana, editar este post y poner esas dos canciones del señor Townsend. El mundo merece música. Entendido eso como oferta generosa o como amenaza, al gusto)

4 comentarios:

  1. Las bajas te las conceden los médicos, pero para eso hay que hacerles una visita...ejem...

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  2. receta 1:

    el catarro se quita con calor de pecho de ajeno.
    como decía mi abuela.

    receta 2:

    la musica esta bien, pero el mejor pasatiempo para Tirados en Estado Comatoso es el típico maratón de capítulos de tu serie favorita. ("La casa de la pradera", "Norte y Sur", o "Felicity" y "Dawson's Creek", por venirnos a lo reciente,:S, serían las más acordes a tu PH actual)

    Salud

    ADVERTENCIA: no intenten realizar estas pruebas en sus casas sin previa prescripción médica o en su defecto, veterinaria.

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  3. (muy bueno lo de las series de ahí arriba)


    Yo también estoy malita!

    Pero no lo llevo tan bien como tú!


    Tengo el ceño fruncido (y eso que mi "muchacho" también me ha dejado un jarabe en casa).

    ¡Ponte bueno ya!

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.