Venía yo a contar algo totalmente distinto a lo que vas a leer, y antes de ponerme le he hecho la ronda de rigor a los blogs del mundo que leo, que no son tantos, los que dije en ese post tan lameojetes, según algunos, y nada lameojetes según yo, porque a mí eso de lamer ojetes no me va mucho y porque es la respuesta lógica de alguien a quien como yo es capaz de considerar un plato de la comida más lamentable del mundo como si fuese un menú de boda de las buenas (de aquellas a las que no me invitan, vaya), y NO, señorita, NO estoy diciendo con esto que los platos de espaguetis con espinacas y nata de extraña procedencia (qué mal me suena eso) sean lamentables, que no lo eran, y que los platos a base de residuos me sepan a gloria no significa que todo lo que me sepa a gloria sea un plato que merecería ser hormigonado, embarrilado (¿existe ese verbo?) y lanzado al corazón del Sol, es decir:
(A => B) =/=> (B => A).
Qué larga me ha quedado la disgresión. ¿Qué decía? Ah. Sí. Que vengo de leer blogs, y bueno, no es que la gente se esté empleando mucho últimamente, aunque Cerijo parece que ha vuelto al mundo de los tecleantes para ponerse hacer reviews de películas, pero entre que hoy no había nada suyo por ahí y que algún otro blog no se ha actualizado llegaría hasta a quejarme si no fuese por eso de 666.amor.tv que ha escrito el tipo ese del nombre tan bonito.
Y entre eso y las paranoias de la gente con el color amarillo, he pensado que bueno, ya sí que no iba a hablar de lo que fuese que iba a hablar, el día está salvado en lo que se refiere a arte y a desvaríos. Así que nada, a teclear un rato para cumplir y, te seré sincero, como siempre, ja ja, y confesaré: A teclear un rato para que el reloj corra mejor y entre él y yo hacemos que suene el teléfono de una vez, para que nos hacerque un poquito más el disco nuevo de The Mars Volta (que no cunda el pánico, que hoy no voy a hablar de música) y una voz que nos cuente y nos tranquilice, aunque sepamos que la voz no nos va a tranquilizar porque el mundo ya sabes cómo es, al menos nos llame para, no sé, la verdad es que no tengo ni idea de para qué pero más le vale al teléfono sonar pronto o le voy a castigar sin batería por tiempo indefinido, aunque así me prive de escuchar Heroína de Los Calis (a estos no les pongo link) cada vez que alguien me llama.
Bostezo, entrecierro los ojillos y sacudo los brazos para espantar un dolor de cabeza pesado y cansino que lleva aquí desde que el psicópata que entretiene mis días se coronó como tal y/o desde que decidí que bueno, que ya si eso la noche del 20 de agosto parece que será una buena noche para dormir, y que pienso dedicar un día de los comprendidos entre este que se tapa la cuchillada diciendo que no es nada y que se pondrá bien sin saber aún, qué optimista, que es mortal y que le quedan menos de cuatro horas y el día 28, que creo que es cuando se terminan mis vacaciones, para dormir durante todo el puro, puto, maldito y ansiadamente esperado día. Excepto el 23, claro, porque si dedico el 23 entero a dormir alguien me saca los ojos y se hace unos pendientes con ellos.
Bostezo, entrecierro los ojillos y miro el teléfono que no, no se ha quedado súbitamente descargado ni sin cobertura ni en modo estoico (que es cuando le da igual que alguien llame, el ni dice ni hace nada al respecto). Y pienso qué hacer para pasar el rato. Fresquito se dedica a patear cráneos en juegos de fútbol americano, y o a espachurrar peatones y reventar coches en el Carmageddon II, que está segundo en mi olimpo de los unos y los ceros sólo por detrás de las dos primeras series de gansadas de Guybrush Threepwood.
Y estoy preocupado, qué pasa, por qué no admitirlo. Por qué venir aquí a desvariar, a pasar el rato sin contar nada, a perder mi tiempo y luego, qué perro, hacértelo perder a ti que me lees, cuando me leas. Por qué no entretenerme escuchando música y mirando por la ventana, o leyendo en el sofá, con la espalda en el asiento y las piernas colgando hacia el techo. Por qué no unirme a la carnicería que hacemos todos los días en internet, unos días unos y otros días otros, y abrirme como si fuese un expositor refrigerados y ofrecerme a trozos, un día algo de estómago, otro día algo de hígado, cerebro pocas veces que escasea y corazón si hay suerte y me pillas de muy malas. ¿Y por qué no hacerlo? Pues porque esto no es una charcutería, oye, y hoy no toca. Y porque estoy preocupado, y bostezo, y estiro los brazos y aporreo el suelo con los pies al ritmo de la batería de The Mars Volta, y eso es todo lo que tengo que decir, y si lo escribo aquí pues, aunque en realidad sí lo esté, no estoy solo cuando lo hago, porque minutos, horas o días más tarde, es decir, mira el reloj y AHORA, no estoy, en absoluto, solo.
Y muchas, muchas gracias por la compañía.
10.8.06
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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.
Unos dando gracias por las compañias y otras cagandose en to por no conseguir un lapsus de soledad... qué mal repartido está el mundo.
ResponderEliminarPor cierto mi amarillismo del otro día no era una paranoia era una fijación obsesiva profunda. ;P
Todo el mundo dice "disgresión". Me he tirado años escuchando a profesores de universidad hablando de "disgresiones mentales" y hace poco, leyendo "el guardián entre el centeno", descubrí que se dice "digresión".
ResponderEliminarNada, solo era un pequeño apunte pedante. Sigue, sigue con el tema.
Dra. Delgado.
O_O
ResponderEliminarLa RAE te agradece que intentes modificar las normas ortográficas pero creo que por ahora podemos seguir utilizando el verbo "acercar" sin H.
Afortunadamente la Dra Delgado y yo velamos por tus maneras ortográficas!! (es el entretenimiento de las de letras, claro!)
Pues disgresión me parece una palabra mucho más bonita que digresión, y acercarse tiene hache porque ese post lo escribí sometido a la presión salvaje e hinclemente de una hidiota y hestúpida hagente que no paraba de gritarme que terminase de una vez y que se haburría y que alguien tenía que haplacar sus hansias de hatención. Grrr.
ResponderEliminarXD
ResponderEliminaroh, oh, veo que he herido tu orgullo literario jajajajajaja
La literatura, querida, es algo más que la ortografía. Incluso más que la hortografía v_v
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