10.5.06

Panopticon

Del paseo por Madrid de hoy (son varios, a lo largo del día, pero todos, incluidos todos los de los días pasados y por venir, terminan convirtiéndose en un único paseo) me quedo con la cara de una preciosa gitanilla que no conseguía esconder la belleza de su cara detrás de su máscara de pena profesional, con un perro minúsculo que hacía esfuerzos considerables pero nada eficaces por contribuir al abonado de un árbol bajo la vigilancia avergonzada de su dueña, con el enamoramiento típico y brutal que acecha en cada vagón del metro, con la dureza del adoquinado, con la cólera repentina del sol, que ayer todo el mundo buscaba pero del que hoy todo el mundo huía a la que se podía.

Todo muy brillante, muy tranquilo, pero con un pulso subterraneo, subliminal, que me da mala espina. Claro que en cuanto me descuido todo me da mala espina.

El caso es que una amiga se ha hecho un blog. Ya sabes cómo son estas cosas, relaja eso de escribir aquí y mandar al mundo unas cuantas ideas, unos trocitos de nosotros mismos, convertir internet en un panopticon (no le he robado el título al disco de Isis por nada), donde uno escribe, sin saber quién lee, ni si alguien lee, por mucho que uno pueda hacerse alguna idea por cortesía de las páginas de contadores y los proveedores de servicio, gente cotilla y chivata toda ella. Y naturalmente no me ha dado la dirección. Con lo que yo soy para estas cosas, la curiosidad me mata. Yo busco posibles palabras que ella pueda haber escrito, y se las susurro al google, un poco avergonzado, a ver si la encuentra, pero nada. Después del terrible esfuerzo de imaginación, del test psicológico (que afortunadamente nadie analiza) que significa pensar en esa persona y pensar qué palabras puede estar escribiendo y usando como título.

A mí se me está comiendo la curiosidad, obviamente. Pero también, ¿recuerdas aquello que escribí de ser un buscador, de necesitar músicas, películas, imágenes, palabras que encontrar? Pues lo encontraré o no, pero hay algo, dentro de mí, que aparte de estar ya medio roído hasta el tuétano por la maldita curiosidad está contentísimo de tener algo más que buscar. Tan contento que lanza desafíos al viento, ¡aparecerá!, ¡encontraré la url de marrás! Y no sirve de nada auto-contestarme que tal vez no. Que al fin y al cabo la mujer es a) discreta y b) más lista que yo, así que puede ser tarea imposible.

Pero al fin y al cabo, ¿qué más da? Lo que cuenta es buscar. Es tener algo que buscar, y buscarlo. Y siempre quedará cobijarse bajo aquel verso de Machado: Todo el que espera sabe que la victoria es suya.

Y me quedo pensando más palabras que buscar.

6 comentarios:

  1. Tu? citando a Machado???
    como es posible que cites a un poeta??no se supone que tu no lees poesía ni ensayo? :P

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  2. ¡Eh, no mezcles cosas!

    No leo ensayo en el sentido en el que, por lo general, no me gustan.

    Y no leo poesía en el de que, por lo general, no he leído casi nada, y bien avergonzado que me siento al respecto v_v

    Y por la falta de costumbre me considero un mal lector de poesía. Llevo toda la vida leyendo prosa... y no es lo mismo, el ritmo... el caso que hay que hacerle... la falta de adiestramiento... pero estoy dispuesto a aprender. A leer poesía. Ensayos, ¡buf!

    Y es usted una repelente.

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  3. ¡Vamos a ver, vamos a ver! No me cuadra mucho que un joven romántico que regala flores a sus amigas, no lea poesía, ¡¡no, no, no, esto si que es imperdonable!!.

    A todo se le toma gusto practicándolo. Me estoy refiriendo como es natural a la poesía. Si tú lees le tomaras el gusto y leerás más, y más.
    "Todo el que espera sabe que la victoria es suya". Esto no siempre es así.

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  4. Supongo que buscar, actuar, moverse, agenciarse (si esto fuese una partida de ajedrez, aquí iría eso de !?) y reinventarse pueden ser sinónimos de vivir. Yo no me siento vivo si no hago todo eso, en cualquier caso.

    ¿Y recuerdos del bar de la foto? ¿De dentro? Yo casi no me atrevería a entrar... es... demasiado bonito desde fuera... Tiene un aire de casa de muñecas que hace que me de miedo, no sé, romper algo.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.