18.10.05

Bueno, vale.

Es hora de rendirse: Me hago un blog, vale. Seré uno más de los millones de insignificantes personajes que van por ahí contando las memeces de su vida diaria y las tonterías que se les pasan por la cabeza (rectificando verbos: las memeces de nuestra vida diaria, las tonterías que se nos pasan por la cabeza). Total, si me gusta escribir y perder el tiempo un rato es casi inevitable. Pero había argumentos para no hacerme un blog, entendedme. Buscad un blog al azar, y leed conmigo. Escritorzuelos justamente frustrados, pensadores de tres al cuarto, gentuza victimista que monta dramas porque entiende que el mundo, tan gris, tan zafio, no les está a las altura. Gente que se proclama atrapada en una vida que no es la que, según ellos, merecen, y que aprovecha esto de la tecnología para dejar clara (o tan clara como pueden) su opinión al respecto.

Qué asquito, ¿verdad?

Total, que como hay tanto blog lamentable, yo me resistía a hacer uno. Más que nada porque a mí me encantaría hacer todo eso de quejarme de mi vida miserable y teclear aquí sentadito cómo me gustaría emerger de una crisálida, convertido en una mariposa existencial y heterosexual, y alejarme del estiercol y el fango de la vida, pero por un lado también me gustaría ser original, y llego muy tarde, y por otro tampoco pienso que la vida sea estiercol y fango, o que yo merezca algo mejor, o que a nadie con dos dedos de frente le importe un comino mis suspiros de hastío vital. Vade retro, tedium vitae.

Pensaba en esto anoche, cuando registraba el nombre del blog (increíble que nadie haya cogido "idiotaaa" antes, ¿eh?). Pensaba que, bueno, mi vida no está mal, y que de hecho la gente que tiene motivos de queja no suele tener posibilidades ni/o ganas para informar a la humanidad de sus tribulaciones en un blog. Y pensaba también que el hecho de que un taco de gente haga algo tan lamentable como mantener un blog tampoco es excusa para que yo no me haga uno, porque al fin y al cabo la gente hace ya muchas cosas que yo también hago, como respirar, o pagar un dineral por la entrada del cine, o sufrir cada fin de semana las consecuencias del alcohol, o sentir como la vista se me va detrás de las piernas de alguna chavala por los tuneles del metro. Así que, pensándolo bien, si no quiero quejarme, y si ya hago tantas cosas tan poco originales, ¿por qué no una más?

Y aquí estamos, todos perdiendo el tiempo, lo cuál me parece maravilloso, porque para eso deberían haberlo inventado, al tiempo. Y tengo un blog. Y no tengo motivos de queja. Qué va a ser de mí.

Misterio, misterio, ¡uuuh!

1 comentario:

  1. ¡Qué bonito, acabo de publicar eso y ya tengo un fan! No me entiende, y trata de venderme algo, pero ¡mi primer fan blogero!

    Me ha llegao al alma. Cruisin, I love you! ^^

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.