13.6.10

Julio Verne

Cuando sea Emperador Absolutista de algún lugar lo segundo que haré, justo después de ordenar que le corten la cabeza a todos los publicistas de Citroën y justo antes de promulgar una ley que obligue a las teleoperadoras a no dar el coñazo a sus usuarios, será prohibir esos libros infantiles que resumen y adaptan literatura para que sean digeribles por niños y jovenzuelos.

Porque ¿a quién no le reventó un libro cojonudo una versión chusca que lo despachaba en tres patadas? Y luego ¿cómo leer y disfrutar una historia cuyo argumento ya le han destripado?

Y por eso yo jamás he leído nada de Julio Verne. Lo mío, en realidad, tiene menos delito, porque en lugar de un libro terrorista a mí lo que me pasó fue que me los leí en un cómic que tenía, gordo y detallista que, la verdad, algo habrá aportado a mi fantasía si durante años he recordado con fascinación los cachivaches y artilugios que salían, y si al escuchar la palabra "victoriano" inmediatamente me pongo en plan steam-punk y pinto la imagen naciente como una viñeta de aquél cómic (que, por cierto, ¿dónde diablos estará?). Pero, tras haberlo leído, nunca me dio por ponerme a leer al señor Verne y casi todas las veces que me lo he topado en un libro ha sido siempre en la calle Jules Verne, aquella avenida de Freeside que desembocaba, en gravedad cero, en la entrada principal de Villa Straighlight.

Total, que hace dos noches yo pensaba en todo esto acordándome de lecturas que lamento no haber hecho, y terminaba párrafo de diálogo diciendo "...y también debería leerme algún libro de Julio Verne".

Era tarde y la Muchacha, medio dormida, en postura de inminencia del sueño e incapaz, por la inminencia del dormir, de articular más letras que la eme, dijo "mmm mm m mmm mmmm".

A lo que yo respondí "sí, por ejemplo Veinte mil leguas de viaje submarino".

Entonces nos asustamos mucho, por entendernos así de bien, y luego ya nos dormimos diciendo "qué cosas" (yo: ella "m mm") y sonriendo contentuelos.

Y yo lo pongo aquí para acordarme de que tengo que saldar esa deuda histórica con mi yo adolescente y para que dentro de dos años, cuando nos de por hurgar en el pasado escrito, podamos determinar el momento exacto en el que comenzamos a entendernos a base de emes.

10 comentarios:

  1. Qué bonito, lo de las emes.

    ¡Oye, los publicistas de Citröen, al fin encuentro a alguien que comparte mi estupor ante tamaña basura de anuncios!

    Yo te recomiendo Miguel Strogoff. Lo leí hace pocos años, 5 o 6, con un mapa de Rusia en las rodillas, y disfruté muchísimo, muchísimo.

    Un abrazo. Y para la Muchacha: mm mmmm.

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  2. Yo también tenía un libro de comics de Julio Verne, incluso uno de Emilio salgari, pero me pasó justo lo contrario, lo que provocaron fué que en cuanto pude me los leí en libro.
    Viaje al centro de la tierra, Héctor Servadac
    y como comentan más arriba, Miguel Strogoff, una joya.

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  3. Recomiendo la lectura en paralelo de "Dos años de vacaciones", de Verne, y "El señor de las moscas", de Golding. Ríete tú de Lost.

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  4. Algo parecido me ha pasado a mi con Moby Dick, otro gran destrozado por las versiones tipo "Clásicos Juveniles". Acabo de finiquitar mi deuda justo esta semana y he descubierto lo que ya me temía, que es más grande que la vida el puto libro.

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  5. Otro que tengo pendiente, Moby Dick.

    Ya que me pongo, contesto hacia atrás:

    Vanbrugh, ¡ha!, El señor de las moscas sí que me lo he leído. En el instituto. Lo aborreció la clase casi entera, claro. Yo creo que fui el único al que le gustó. Así que lo de la lectura paralela, como que no. Mejor, que me iba a quedar vizco.

    Jorge, Nano, Porto, apuntado queda el señor Miguel.

    Y muerte a los de Citroën, ea.

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  6. En realidad no te has perdido mucho. Verne es un escritor para quinceañeros de hace cincuenta años. (Lo que propone Vanbrugh como lectura conjunta es una perversión peor que follarse a una cabra)

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  7. Tengo que darle la razón a Maese David. Esos resúmenes de libros deberían estar penados con galeras.

    A ver qué piensan cuando saquen, dentro de unos años, cada volumen de Harry Potter con treinta páginas, "para incitar a los niños a la lectura".

    País.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.