5.11.09

estadistiquismo

Se me acumulan los temas: desde esta mañana cuando al abrir el 20 Minutos me he encontrado una mención estadística digna de aplauso hasta el correo que me ha reenviado un buen amigo sobre una buena iniciativa en mi opinión mal expresada (odio los imperativos), todo lo que pasaba ante mis somnolientos ojazos era un tema para, eh, um (la hora de la verdad, ¿cómo llamo a esto?), una epístola, toma ya. Epístolas, pienso llamarle a esto de los posts. Poststs. Postststs. Vale, ya paro. Tstststs. Vaaale.

Leo la RAE y epístola se queda, por la 4ª entrada: “Composición poética en que el autor se dirige o finge dirigirse a una persona real o imaginaria, y cuyo fin suele ser moralizar, instruir o satirizar”

Pues eso. Yo finjo, me dirijo a entes imaginarios y reales, y moralizo, instruyo y satirizo, de sátiro, y poético, sin duda, soy, oh campos de Castilla, mustios collados, etcétera.

A lo que iba: ante la acumulación de temas mencionaré el primero y el último, el que ha dado al traste con todos los demás, y me dejo los otros para otros días de mayor lucided. Mental. No me refiero a que haya menos nubes, necesariamente.

Así que: esta mañana el 20 Minutos incluía un bello reportaje sobre redes sociales. Hablaba de Feisbú, de Twitter, de Tuenti y de la suya propia, Nettby, de la que siempre hacen una publicidad absurda y que ¡qué cosas pasan!, es la que sale mejor parada de su peculiar comparativa.

El caso es que hablando de las edades de sus usuarios, de una de ellas dicen: “La media de edad de sus usuarios se sitúa en 24 años, pero  la mitad de los registrados en los últimos 45 días se sitúan por encima de esa media”.

Yo lo leí en el metro y tuve que parpadear y releer varias veces, así: parpadeo, relectura, parpadeo, relectura, parpadeo, relectura, etcétera.

¡Y es brillante!

A primera vista parece que la autora del reportaje ha dicho una soberana estupidez, pues si la mitad tienen más de la media, la otra mitad, evidentemente, tienen menos, y las medias es lo que tienen, que andan por el medio, así que el parrafito parece una tontería como un piano de cola. Para el profano, al menos. De hecho he hecho de hecho un estudio de campo consultando a las ochocientas veintitrés personas que compartían conmigo dos metros cuadrados de vagón de, valga la redundancia, metro, y todos ellos así lo han visto salvo una oportuna licenciada en Estadística (que vienen a ser unas matemáticas de segunda división, sin glamour ni espectáculo), que me ha visto venir (para no verme, si estaba al lado) y me ha dicho “veo por dónde vas, pero lo que está haciendo ese párrafo es diferenciar, implícitamente, entre la media geométrica y la mediana de una distribución.

Después de pedir permiso a doce personas para que me hiciesen hueco para operar la he dedicado un aplauso y la he regalado un sugus rancio que alguien llevaba pegado a sus posaderas. Porque en efecto el párrafo en sí no es una tontería, sólo algo nada llamativo y bastante probable, pero no incorrecto. A no ser, claro, que la redactora no sepa qué es una media ni una moda, ni tenga ni idea de estadística, y haya metido la pata hasta el fondo a la hora de enmascarar un publirreportaje sobre la maldita Nettby de las narices.

Y el otro caso, el que ha puesto fin a la sucesión de cosas epistolables (ya le he cogido el gusto a esto, que tiene la ventaja adicional de no haber sido propuesta, creo, y por lo tanto no requiere que recuerde qué variantes se propusieron, tarea siempre peligrosa, porque siempre que intento recordar alguien termino cantando Hunting Humans de los Misfits o algo por el estilo): he iniciado la crispación del derby (cuando sea superpoderoso, también la tomaré con esa palabra) madrileño, escupiéndole esta mañana a Que No, atlético de pro. En mitad de la espalda, zzzup. Creo que es la primera vez que escupo a un atlético, por cierto. Y diría que ha sido sin querer, pero viendo la gracia que me ha hecho sospecho que eso es una mentira que cuenta mi parte cobardica a mi resto de yo, que decide no creerse la excusa. En plena espalda, plaf.

Y ha sido divertido.

Y con el rigor estadístico, lo consigno. Epistolado queda.

5 comentarios:

  1. Como decía un pintada en mi facultad:

    De cada diez mujeres que estudian matemáticas, cinco son la mitad

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  2. Tiene más pinta de aritmética que de geométrica, la media esa, eh?

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  3. Números, ¿no era una facultad de matemáticas, asumo? Lo digo porque todos nuestros comentarios empezaban con el mantra "Sea B una bola de rádio épsilon"...

    Bienvenido a este mi blog epistolalalario.

    Doggiestyle, sin acritud, tú que sabrás, patán, malandrín, vividor, sorbemocos.

    Quizá sí. Yo qué sé, sólo hice dos años de estadística. A mí lo que me la ponía como un leño era la topología.

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  4. Epístolas no: E-post-olas, “Epóstolas”. Por cierto, ¿has leído las Epóstolas a los Corintios?

    Segundo, Si la estadística no miente una de cada dos holandesas es vaca. Pero la estadística SÍ miente, siempre, con media aritmética, geométrica, moda, mediana y, sobre todo, con las varianzas. Esto que acabo de escribir es muy pero que muy profundo.

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  5. Pues era correcto, pero ya me dirás qué coño importa ese dato. Vamos, que el que en los últimos 45 días la mitad esté por encima de la media, ¡¿qué más da?!

    Que sepas que desde ayer obra en mi poder el libro de R. Feynman que me recomendaste. Y te doy las gracias ya por adelantado, pues creo que me va a gustar mucho.

    Ah, y a M. le regalé "Cartas a una joven matemática", de Ian Stewart. Me tiene muy buena pinta. Con 20 años de retraso con respecto a cuando mejor le habría venido, eso sí.

    Unha aperta.

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.