21.1.07

Pensamientos de domingo


No debería pensar los domingos.

Los domingos son malos, si ya lo sé.

¿Por qué pienso los domingos?

¿Por qué pienso todo el rato? Qué cansancio.

Debería haberme afeitado.

Debería empezar a plantearme algo respecto a la cena.

¿Cenar albóndigas? ¿Por qué no?

¿Freír patatas? Qué pereza vs qué ricas.

Apuesto por la pereza.

Pereza existencial. Parte de la naturaleza de los domingos. Por eso no se puede pensar en domingo.

Pero en este Fin de Semana de Requiebros a La Naturaleza de las Cosas he terminado encontrándole una utilidad a la pereza.

Algo fácil, algo sencillo, algo adictivo: Leer. Leer, empezar a leer uno de los libros que secuestré ayer noche. Leer, seguir leyendo el manual del photoshop.

Ya sé utilizar Las Curvas. Tiembla, mundo, tiembla.

Bendita fotografía. Bendito hobby. ¡Tengo un hobby!

Tener un hobby es bueno.

Escuchar música no es un hobby, de la misma forma en que respirar no lo es.

Es un vicio que me hace feliz.

Cosas que uno lee por ahí; "Photography is not about the thing photographed. It is about how that think looks photographed".

Y más cosas que uno lee en el mismo sitio; "If your goal seems blocked, continue shooting".

La filosofía de la fotografía. La filosofía derivada de la fotografía.

Aprender de un hobby. Continue shooting. Seguir apretando el disparador.

Confiar en el azar, en la insitencia, en el caos, en la constancia.

Por si se cruza algo, o por si se despeja el blanco.

Tal vez debería freír esas patatas.

Café. Tengo que quedar para tomar muchos cafés esta semana (dos son suficientes).

Tengo que afeitarme, eventualmente.

Tengo que mandar cartas, tengo que imprimir papeles, tengo que comprar sellos.

Tengo que, tengo que. Mala cosa para alguien convaleciente de apatía y aquejado de domingitis.

Tengo que recordarme que no estoy fatal.

¡Tengo que cambiar de disco!

¿¡Ya son las diez y veinte!?

Quiero albóndigas, eso está claro. Falta decidir hasta qué punto son imprescindibles las patatas.

Quiero albóndigas.

Calentaré las albóndigas. Y si luego me da por ahí, freiré patatas.

Suena como una buena opción. Ir paso a paso.

Rendirse a la pereza, la apatía, el vacío, haciendo como que uno no se da cuenta.

Tengo que pensar menos.

Tengo hambre.

Tengo ganas de que sea lunes.

Tendría que hacerme mirar eso, ja ja.

8 comentarios:

  1. yo NUNCA frío patatas. en mi caso siempre gana el que pereza vs. que ricas. teniendo en cuenta q me encantan las patatas eso da una medida bastante exacta de mi pereza. pero sólo para freír. algo con las salpicaduras y el olor en el pelo que no pasa cuando cueces, horneas y usas otras técnicas. (hay unas patatas prefritas q se pueden hacer en el horno, aunque no saben buenas, la verdad)

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  2. Vaya panda... bueno, pues podéis intentar comprobar si es verdad que se puede freir en el microondas: meted un bol (la sartén, mejor no; por suerte no cabe) lleno de aceite y patatas (peladas y cortadas, si no es mucho pedir) y dadle al botón de encendido.
    Lo peor que os puede pasar es que se inunde el microondas y buena parde de la cocina con aceite hirviendo. ¿Por qué no intentarlo?
    :-P

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  3. Sí, bueno. Sólo me falta tener un microondas v_v

    Parte del proceso de independencia ha provocado una recesión tecnológica que estamos tardando en superar (en parte porque el microondas, si me lo dicen antes no me lo creo, resulta no ser tan imprescindible para vivir). Si no fuese por la conexión a internet, los móviles y la abundancia de ordenadores, estaríamos viviendo en plenos años ochenta.

    Me río yo de Cuéntame, ha.

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  4. yo cuando me independice creo recordar que tarde cerca de año y medio en conseguir un microondas----realmente me di cuenta de lo dependiente que era de ese maravilloso invento pero aun asi consegui sobrevivir!!!!

    por cierto los microondas ahora son realmente baratos!!!

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  5. Si hubiera leído esto hace una semana, mi respuesta habría sido radicalmente distinta porque hubiera empezado diciendo algo así como "yo no concibo las albóndigas sin patatas fritas..." pero hoy la cosa queda así:

    Hasta el sábado no concebía las albóndigas sin patatas fritas y he de reconocer que no están nada mal... sobre todo si tienes prisa.

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  6. Uf, caminar. Yo cuando camino puedo pensar cualquier cosa. Caminar es jugar a la ruleta rusa mental, con una bala cargada con estupefacientes, una con ceniza, una con alcohol, una con hormonas destiladas, una con nada y otra con plomo (esta última de punta hueca).

    Al final fue patatas non.

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  7. oye pues es una idea lo de freir en el miroondas. yo escuché en un programa de esos de "cocina con microondas" que a todo había q ponerle un "flin" (debe ser q les patrocinaba una fábrica de "flin" de cocina) cuando lo pruebe informo. o a lo mejor os enteráis antes por el telediario... depende!

    siempre ando con música. es una bala menos en la ruleta rusa (o a veces, ahora que lo pienso, una más... no sé)

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  8. El microondas es el peor invento del hombre. Yo no lo usaría para cocinar aunque fuera el único electrodoméstico sobre la faz de la tierra. Por muchos libros de micrococina que haya, jamás algo hecho en ese artefacto diabólico podrá llegar a la suela de los zapatos a eso mismo en una sartén o un horno convencional. Como mucho lo uso para calentar leche o (y sólo si tengo mucha prisa) alguna sobra. Y ni de lejos tienen el mismo sabor que calentados al fuego.
    Pero bueno, si os gusta el plástico...

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Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.