26.10.06

La disculpa

He estado hoy cenando con una amiga que está muy preocupada con este ramalazo fascista que me ha dado de ir por ahí dándole al botón de borrar en cuanto se me cruza un cable y tomándola con una persona que, al fin y al cabo, y aunque eso me saque de quicio, podría ser cualquiera, y no tener ninguna culpa de mis paranoias, y a la que yo no tengo derecho a convertir en objetivo de mi mala leche.

La verdad, en noches como esta no sé qué he hecho para merecer una amistad así, que hace lo que se supone que hacen las amistades cuando uno va dando tumbos: Le avisa a uno, le para, le ilumina y le muestra dónde está metido y lo que está haciendo. Le ve desde fuera, y le hace verse desde fuera. Y se pueden ver cosas bastante lamentables y sentirse muy mal por cómo se comporta uno mismo pero siempre queda la posibilidad y el triste consuelo de, por lo menos, poder ponerse a teclear aquí una disculpa.

Así que lo siento, persona firmante como "Yo", y mi mas sinceras y avergonzadas disculpas. Nunca debí borrar tus mensajes, por mucho que me doliese leerlos por causas que son responsabilidad mía, y no tendo derecho a intentar hacer daño a nadie haciendo que la maquinaria de internet se trage sus palabras. He intentado restaurarlas, que pensé cuando las borraba que se podía, y no he podido (y, las cosas como son, y lo siento por el arranque de sinceridad, pero tampoco se ha perdido gran cosa: El repetir el tópico sobre a qué se dedica la cabeza y a qué el corazón, y el aviso de no más respuestas).

Hoy me ha dicho mi amiga que cuando alguien lee un blog lo hace por una de tres razones: O porque les gusta lo que se dice, o porque les interesa lo que se dice, o porque les gusta cómo está escrito. Cualquiera que lea un blog que encuentre aburrido y en el que no encuentra nada para sí deja de perder el tiempo en él. Cualquiera que pierda su tiempo en él no se merece otra cosa que mi gratitud, y sobre todo, mi respeto, ese respeto que yo no te he tenido.

En fin. Si tuviese tu dirección de correo (ejem ejem) te mandaría esta disculpa en privado, no porque fuese privada, sino por asegurarme de que te llegase, porque así nunca se sabe, tal vez te he tocado demasiado las narices y no lees esto nunca. Pero como no la tengo, y como más gente me ha visto hacer el idiota y se ha sentido molesta, pues aquí la pongo como acto de contricción.

Así que aquí queda por escrito, y para que si no lo cumplo, por favor, quien sea pueda copiármelo y recordármelo: no pienso volver a cometer la tropelía de borrar las palabras que quien sea se ha tomado la molestia de escribir para este blog, palabras inspiradas por él o que crea que faltan o que lo discutan. Y ojalá pudiese dar marcha atrás, pero como no se puede pues nada, para delante y prometo ser bueno la próxima vez.

Lástima que no puedas verme la cara de pena que tengo. No te quedaría otra que perdonarme (no, no pienso hacerme una foto).

4 comentarios:

  1. No tengo nada que perdonar, fue tu decisión y es tu blog.
    Tú eres el creador del blog y puedes obra como quieras.
    Aun así dice mucho de ti esta disculpa en público.
    Gracias

    ResponderEliminar
  2. No todo el mundo sabe disculparse , y mucho menos hacerlo en público (y con ese estilazo ;P ).
    Mira ¿ves? por estas cosillas una deja de lado so de quete pongas cabezón, irascible, gruñon, tocapelotas en general y piensa "mirale que majo cuando quiere" XD
    gracias por la parte que me toca!!(y tienes amistades así porque eres estupendo, querido)

    ResponderEliminar
  3. Existe la posibilidad de que alguien lea porque se aburre mucho y no tiene nada mejor que hacer. Es duro verlo de ese modo, uno siempre tiende a pensar que lo que escribe vale la pena, pero hay veces que no, que no lo hace, y si es leido es porque el mundo de internet está poblado por gente que no tiene nada mejor que hacer que mirar blogs al tuntún.

    Hablando de sinceridad y esas mariconadas, te diré además que se te está yendo la mano con el blog, creo que te está dejando de hacer bien. Es decir, uno empieza a escribir un blog porque considera que tiene algo que decir. Aunque en un momento dado puede suceder que el blog se convierta en una especie de criatura hambrienta que necesita ser alimentado. Al final uno puede acabar buscando cosas de las que escribir, sentir la necesidad de decir algo por algún absurdo sentimiento de obligación, que no es sino una mutación amorfa del sentimiento inicial de necesitar compartitse a si mismo.

    A veces puede parecer que llega el punto en el que la vida refleja más lo escrito en un blog, que no al contrario.

    ResponderEliminar
  4. Yo no creo que la gente entre en los blogs a leer por leer, no es mi caso.
    Si algo aburre te vas a otro lugar.
    Hay cosas muy buenas por internet para tragarte paja que no te aporta nada. Y aunque uno disponga de mucho tiempo no lo gasta en un lugar incómodo y desagradable, y que solo diga chorradas.

    Cuando alguien entra e insiste en un lugar, es porque se encuentra cómodo, porque ese blog le entusiasma, y porque aprende. Esto al menos es en mi caso.

    Y si un día entro y no hay nada nuevo, pues vuelvo otro día, y así sucesivamente.
    Normalmente se entra en los blogs porque tienes referencias o conoces de otros sitios a la persona que lo escribe. Otras veces tecleas al azar y sale por casualidad algo muy bueno y guardas esa dirección, pero no es lo normal.

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

Hola, me llamo David, tengo un blog, me gusta la música que no le gusta a nadie y las películas de Clint Eastwood, aborrezco las fotos de anocheceres y cada vez más libros. Escribo bobadas, sin pensarlas mucho, y cuentos del oeste que, que no cunda el pánico, no cuelgo aquí.